En medio de la mayor crisis de consumo que recuerdan, los empresarios españoles y madrileños suman una doble ansiedad: de una parte, la de mantener su negocio y actividad; de otra, mantener a su plantilla y no generar un drama personal a estrechos y queridos colaboradores y empleados de siempre.
Cuando estos compañeros levantan la cabeza buscando el apoyo urgente que están clamando, no siempre encuentran lo mínimo exigible. Nadie pide a la organización empresarial que les representa que arreglen los problemas estructurales de España, pero sí se espera encontrar en ella una actitud frente a la crisis, una actuación esperanzadora, un plan de resistencia, una voz reivindicativa, una complicidad reconfortante.
Muchas asociaciones, sobre todo las que trabajan para los sectores concretos, están haciendo un gran esfuerzo en esa dirección, pero la actividad de nuestras cúpulas empresariales no siempre está a la altura requerida.
Hoy como nunca, nuestros empresarios necesitan del liderazgo de sus organizaciones. Como todos entendemos, hay cosas posibles y otras que no lo son, pero las posibles hay que exigirlas y pelearlas porque es mucho lo que está en juego.
Y es que las cúpulas empresariales deberían utilizar su máxima capacidad de presión para exigir crédito real y no aparente para los empresarios que lo necesitan, exigir que las cargas sociales no determinen más cierres y más paro, exigir soluciones prácticas para atraer un turismo que se nos escapa a otras ciudades, exigir unas leyes y un sistema judicial serio que evite el saqueo delictivo de los comercios, exigir que, aunque nadie nos dé nada material, al menos no nos pongan más zancadillas.
Mientras tanto, nuestros compañeros miran desconcertados a sus representantes, enfrascados en diagnósticos evidentes, en actividades políticas, en peleas intestinas o en escándalos interesados.
El descrédito es cada día mayor, y cada día es más corta la capacidad de aguante de miles de empresarios heroicos que anónimamente demuestran su honradez, su lucha, su sacrificio, y su sentido común.
Hilario Alfaro, Presidente de COCEM.
Publicado en el Diario El Mundo el 10 de Marzo de 2013