El comercio de proximidad, en términos generales, viene desde hace tiempo arrastrando una serie de problemas estructurales (atomización, baja cultura empresarial, incremento de la competencia, capacidad financiera reducida, dificultad de adaptación a los cambios sociales y tecnológicos) que en este momento se ven muy agravados por otros de carácter coyuntural (reducción drástica de la actividad, incremento de los niveles de prevención sanitaria, cambios sociales y en los procesos de compra, reducción de la capacidad de gasto) derivados de la situación extraordinaria que se está viviendo y que hacen que el conjunto presente un horizonte, ya a corto plazo, preocupante a la hora de conseguir mantener la competitividad de los negocios.
Después de un parón de la actividad de varios meses resulta necesario reactivar la actividad comercial y aunque no todos los sectores del comercio, ni todas las áreas comerciales, se están viendo afectados de la misma manera, todo el sector se enfrenta a una situación sobre la que no se tiene experiencia y que presenta niveles de incertidumbre elevados.
Con este propósito se pretende profundizar sobre el nuevo escenario, qué cambios será necesario abordar y cómo llevarlos a cabo con éxito.
Para realizar este análisis y diagnóstico que permita posteriormente planificar adecuadamente la acción coordinada y colaborativa del Ayuntamiento y del conjunto del sector, COCEM trabaja ya con las asociaciones porque se considera que la mejor manera de lograrlo es escuchar a los agentes involucrados, consumidores y comerciantes, pero también está contando con la opinión de expertos que pueden orientar la acción sobre los diferentes aspectos que inciden en la actividad comercial.
A lo largo del verano se dispondrá de una propuesta de actuación para que ya durante el otoño se pongan en marcha distintas iniciativas que se sumen a las que ya se están desarrollando.